dissabte, 9 de maig del 2015

Gracias

Querida persona que, por un motivo o otro, se tuvo que marchar de mi lado:

Te escribo esto para agradecer todos esos momentos que hemos pasado juntos. Me gustaría decirte lo mucho que echo de menos tus gestos de cariño, tus risas y tus juegos. Quiero que sepas que cada vez que miro las estanterías de mi habitación me acuerdo de ti.

Veo la rosa de papel que te hice para tu 17 cumpleaños y recuerdo todo lo que vivimos aquel verano juntos. Miro la vaca de peluche que me regalaste para mi cumpleaños y recuerdo las horas en clase, tus tonterías, tus locuras en clase... La taza con estampado de cebra, la chapa de Amsterdam, los vídeos de tus bailes sobre el escritorio. Todo me recuerda esos momentos que estuviste junto a mi, en las buenas y en las malas. Recuerdo cuando te fuiste de casa y dormiste fuera. Yo estuve a las 7 de la mañana contigo e incluso te llevé desayuno. Recuerdo cuando todas las discusiones que hemos vivido juntos y todas las veces que te he apoyado a lo largo de nuestra relación. Recuerdo las broncas que me echabas por como soy, porque no era capaz de abrirme a ti...

Y ahora solo queda eso, recuerdos que jamás podré olvidar... Unas entradas del Salón del Manga, unos palillos chinos, unas pequeñas cajas de papel con mensajes... Recuerdos de lo genial que fuiste y lo feliz que fui. Mi regalo de los 17, una libretita en un sobre, una mariposa de papel posada junto a una pequeña porción de ojo de tigre... Un muñeco articulado que usar para dibujar, el pañuelo de juniors, una tortuga y una pulsera de chapas... Mi púa azul, complementaria a tu púa roja, que nos regalaron a la vez, la flauta hecha de caña que compramos en el mercadillo de Bejís...

Me gustaría decirte que no me dolió que te fueses de mi vida, pero no fue así. Fuiste una pérdida que lamento mucho y me encantaría que todo fuese como fue. Pero no lo es y no cambiaría a nadie de los que tengo ahora mismo para recuperarte. Las cosas cambian y unas personas sustituyen a otras, pero jamás desaparece el rincón que te guardaste en mi interior.

Me alegro mucho de todo lo que me has enseñado con tus broncas y con tu ida. He cambiado y no soy ni mucho menos quien fui contigo. Tú me hiciste madurar. Gracias por todo lo que he aprendido junto a ti.

Atentamente, la persona que, por un motivo o otro, dejaste atrás

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