Buenos días de nuevo! Es hora de llenar un poco más el blog (Ya que es lunes) y, de paso, también vacíar un poco mi mente tras oleadas y oleadas de exámenes (Ya era hora de acabar). Bueno, os explico un poco como ha surgido el poema de hoy.
Si, la historia de este poema es igual de impresionante y cavalleresca que la de todas las demás: Esta vez me he sentado en la silla del ordenador hace 10 minutos y me he puesto a escribir, ¿Por qué? Porque ya era lunes y tenía tiempo libre. Y aquí os lo dejo.
Resuenan los ecos de voces calladas,
se escuchan los gritos de entes en pena,
las notas vacías de acordes fallidos,
rebotan sombrías desde mi cabeza.
Himnos vacíos de heroes difuntos,
sonidos salvajes de años atrás,
cantos de sirena cantados sin rumbo,
harmonías hermosas deshechas sin más.
Escucho las notas de un viejo piano,
corcheas fugaces de un ritmo sin prisa,
compases perdidos de un mundo lejano,
pentagramas desnudos en la suave brisa.
Escucho de nuevo el silencioso ruido,
el ruido de fondo que dejó su ida,
escucho de nuevo el ruidoso silencio
que cauteloso y frio, cierra la salida.
Muchas gracias por leerlo, espero que os haya gustado. Aprovecho para dedicarselo a una buena amiga y a la guitarrista de mi grupo, Carmen, que cumple años mañana. Felicidades!!! :)
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